Inspirado en el cuadro de Georges de la Tour “El tramposo” (s. XVI) pero orientado hacia un ambiente más medieval S.XIV, simboliza cómo la gran Dama “Vitoria” juega una partida de cartas con un hombre (símbolo de poder corrupto) que intenta hacer trampas y presume enseñando las cartas al público.
Ocurre que la sirvienta, que aparece fiel a “Vitoria”, observa las cartas y la jugada del hombre.
Ella simboliza “el pueblo de Vitoria” y avisa de la trampa a su señora.